Por Adriana Molina
Hoy la rutina es distinta, no pensamos en llegar tarde al trabajo o en el estrés generado por estar en un trancón de una a dos horas. A las 8 de la mañana los niños están en casa y nosotro en ropa informal iniciamos el día. El rol y la cotidianidad nos cambió, hemos pasado de ser trabajadores en la oficina y padres en la casa a ser papás, trabajadores y maestros las 24 horas del día.
Desde el año pasado la palabra COVID-19 entró a la agenda mediática del mundo entero, se enumeraban las posibles causas y síntomas de la enfermedad. Sin embargo, lo que marcó un antes y un después para el país fue la llegada del primer caso de COVID-19 a Colombia, el pasado 6 de marzo.
En los momentos duros es donde logramos identificar la capacidad de respuesta del Gobierno y de las organizaciones. Quiero dedicar este espacio para resaltar el empuje, resiliencia y disposición asumida por cada uno de los integrantes de la Familia San Patricio. Nuestros colaboradores, profesores y administrativos, con su trabajo incansable y dedicación absoluta nos permiten asegurar que el Colegio no para. A nuestras estudiantes, quienes han demostrado su empoderamiento y autogestión, al dedicarse a sus tareas y clases virtuales de una manera impecable. A nuestros padres de familia, les damos las gracias por apoyar nuestro proceso de enseñanza en casa y demostrar su solidaridad con las familias más vulnerables de nuestra Institución, nuestro personal de servicios generales.
Mi llamado es a que nos cuidamos como país, como comunidad y como familia. Hoy nos encontramos, al igual que el mundo entero, enfrentando algo totalmente desconocido que hace que la fuerza, la solidaridad y el compromiso sean las únicas herramientas a nuestro alcance para superar este obstáculo.
Quiero finalizar, recordándoles el concepto de resiliencia aportado por la organización American Psychological Association donde se entiende como la capacidad que tienen las personas de “rebotar” ante las experiencias y circunstancias difíciles. Los invito a seguir rebotando frente a esta situación, a que seamos un resorte frente al cambio de la rutina y un ejemplo de solidaridad para nuestra comunidad. Lo único que me queda por decir es gracias infinitas por el apoyo y el compromiso en este momento de coyuntura, un saludo desde la distancia.
